Cada día es una oportunidad para aprender algo nuevo. Desde las lecciones que nos da la escuela hasta las que se obtienen en la vida diaria, cada experiencia nos enseña algo. Por ejemplo, un niño que aprende a montar una bicicleta no solo adquiere una habilidad física, sino que también desarrolla la resiliencia y la confianza en sí mismo al superar el miedo a caer. Este tipo de aprendizaje práctico forma la base de nuestra autoestima y capacidad para enfrentar desafíos en el futuro.